Ernst Kirchner |
A Jorge Luis Borges
Hubo una vez un hombre incapaz de alivianar su alma sirviéndose del olvido, pues todo, hasta el mínimo detalle de la circunstancia más banal o más trágica y dolorosa, él recordaba. Se apellidaba Funes y según he leído por allí, ese hombre ha muerto. Me he preguntado si existe alguna capacidad, destreza o habilidad de los mortales que fuere más cruel que la que el memorioso Funes poseía. En verdad, no he hallado mucho que me resultase convincente. A menudo tiendo a pensar en la gravedad de la relación existente: Al único hombre que todo lo recuerda, se le opone la completa humanidad que todo olvida. Me surge que ese equilibrio es perenne y se abre paso a como dé lugar. Sucede que Funes ha muerto, y yo, me he dado cuenta, de que no puedo olvidarlo.
Ricardo Tejerina / 2011