Vincent van Gogh
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Recordando a Almafuerte
Azotado por la inclemencia del clima
el tallo yerto de la flor marchita
acompañaba la dignidad postrera.
Aun con la cerviz inclinada
y sin pétalos coloridos
que vistiesen su desnudez,
conservaba cierto donaire.
Bien pude haberla arrancado
y así terminar
con la exposición final de aquella flor,
evitándole el zamarreo insensible
del viento embravecido.
Pero no hubiera sido justo
privarla de su última batalla.
Aquélla que enfrenta en soledad
y a pesar de su destino,
sin darse por vencida ni aun vencida.
Ricardo Tejerina / 2011