LILITHLA. La tentación tiene nombre de mujer.
Ricardo Tejerina, 2010.
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Mi más sincero agradecimiento a todos los lectores que han acompañado la travesía de Lilithla durante todo el tiempo que demandó su publicación digital diaria. Habiendo llegado al final, sólo me resta testimoniar mi gratitud a los muchos que de modos diferentes hicieron posible este relato que oscila entre lo épico y lo romántico, estacionándose en la fantasía metafísica.
Volviendo a ustedes, espero no sólo haberles relatado una buena historia, sino también haberlos acompañado en cada momento que se disponían a leer y, desde luego, haberlos entretenido, porque literatura y entretenimiento no son antagónicos; sucede que -a veces- lo que entendemos y consideramos "entretenimiento" es tan burdo y de mal gusto que ha terminado por deslucir al noble acto de hacer posible el disfrute de un momento cualquiera.
Con afecto perenne.
Ricardo Tejerina, mayo de 2011.