Francis Picabia |
“13 de febrero de 1944: Al escribir estas confesiones me he dado cuenta de que hay un tiempo para meditar y otro para hacer. Puede que la línea que separa a uno del otro sea muy delgada y, en algunos casos, imperceptible. Sin embargo estoy convencida de que el mundo es de los que se animan, y animarse es hacer y no sólo pergeñar, menos aún rememorar. Tal vez ya no vuelva a estas páginas, sino en búsqueda de consuelo; tal vez ya no derrame mis emociones con auxilio de la tinta. Mi nombre, mi verdadero nombre, evoca a la mujer y a la manzana. De algún modo, son las dos caras de lo mismo: la tentación y la sabiduría. Hoy parto rumbo a mi destino, dejando atrás a Proserpina, con el tiempo de testigo y la ilusión de ser millones.” *
FIN
* Transcripción del diario íntimo de Proserpina hallado entre lo que fueron las pertenencias de la profesora Athena Eleusina y ofrecido a este cronista para su publicación por sus derechohabientes.
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