sábado, 11 de enero de 2014

LETRAS DEL FACE




Editorial Dunken continúa impulsando a nuevos autores. El proyecto “Letras del Face” (que publica en libro tradicional producciones de autores que postean sus obras en Internet) va por su quinto volumen. Ricardo Tejerina compiló y prologó el volumen III y también el V, por ahora último de la colección. En el inicio de la cuarta temporada de “El Ojo Críptico”, compartimos los prólogos de ambas ediciones. 

PRÓLOGO LETRAS DEL FACE III

No puedo –ni quiero–, ocultar la satisfacción que me ha dado compilar este tercer volumen de Letras del Face. Como continuidad de sus dos antecesores, este libro se incorpora a la convocatoria de autores efectuada por Editorial Dunken a través de la red social Facebook, donde esta casa editora también tiene su Fan Page.

De tal modo, se ha producido una nueva vuelta de tuerca en el recorrido de lo escrito que lleva cinco mil años (desde las tablillas de arcilla sumerias hasta la impresión del último best seller global): cientos de autores de la red, con textos digitalizados, pugnaron por ganarse un lugar en las páginas físicas de un libro tradicional. ¡Enhorabuena!

Yo creía en esto desde hace bastante tiempo atrás, aun sin tener una comprobación empírica. En un ensayo que di en llamar “¿Por qué escribimos? Los blogs, la tecnología y el libro” (que integra un volumen bastante más extenso titulado Replicarte. Hablemos de arte y cultura), sostenía que: “¿Cuántos autores han encontrado en los blogs un medio para explorar y volcar su obra o parte de ella? Muchísimos seguramente. Pero no es, a mi criterio, la red un espacio meramente experimental, por el contrario es un disparador de sentido, un puente hacia el libro, al que le brindará también sus mejores exponentes”. Si entendemos que cuando yo hablaba de blogs, por extensión y crecimiento posterior, ese espacio sería ganado por las redes sociales, podemos asumir sin equívocos que dicho pronóstico –que resultó ser una suerte de prognosis– se ha cumplido cabalmente. La saga de Letras del Face, lo acredita de modo categórico. 

Y así fue, y así es. La red nos ha brindado a sus mejores exponentes, y ahora sus obras también viven sobre el papel, dándole contenido narrativo y poético a un libro que, por todo ello y también por su cuidada estética objetual, resulta completamente bello.

Quien bucee en las páginas de Letras del Face III hallará obras de significados y propósitos heterogéneos, conducidas hacia una unidad de sentido por la Providencia literaria. Cuentos y poemas se entrelazan para tributar a la escritura. Hay un fluir natural que amalgama las alboradas luminosas de la esperanza y el amor con las más misteriosas cavilaciones nocturnales de las decepciones y los dolores.

Autores de laboriosa pluma se dan cita en estas páginas para regocijo de anónimos lectores que llegarán a este libro creyendo que lo hacen por casualidad, como quien descubre en plena calle aquel rostro que –hasta ayer mismo– sólo en sueños lo acompañaba. Bueno es saber a tiempo, que nada de eso es mero capricho del destino, simplemente es la vida que, a como dé lugar, nos permite sin retaceos ni mezquindades cumplir cabalmente con nuestra leyenda personal. 

El libro ya está escrito, lo demás es porvenir.

RICARDO TEJERINA
Buenos Aires, diciembre de 2013

PRÓLOGO LETRAS DEL FACE V

En una de las últimas presentaciones habituales que solemos realizar en Editorial Dunken, dije: “La vida se abre paso a como dé lugar”. A fe les digo que no es un ejercicio de jactancia citar esa reflexión –que bien podría ser apropiada, compartida, o haber sido manifestada con anterioridad y mejor tino por un sinnúmero de personas–, sino que lo hago porque llegar al volumen número cinco de Letras del Face, tiene mucho que ver con el sentido que yo pretendí inscribirle a esa frase, al momento de compartirla con los autores y colegas presentes en aquella oportunidad.

En la última Feria Internacional del Libro de la Ciudad de Buenos Aires, en la Sala Victoria Ocampo y en una jornada fantásticamente luminosa, salió al ruedo el volumen insignia de esta saga. Sinceramente, no sabía cuál sería su suerte, pero ese nacimiento tan auspicioso en lugar tan legitimado, de algún modo resultó decisivo para la buenaventura posterior. ¡Enhorabuena!

Desde aquella primera compilación a cargo de mi estimada colega y refinada poeta Marita Rodríguez-Cazaux, hasta este quinto volumen, cientos de autores provenientes de la red han visto plasmadas sus obras en esta ya –permítaseme la asignación de categoría– clásicas páginas. Claro ejemplo de una política cultural de matriz diversa y federal que lleva adelante la Editorial; porque, las políticas culturales no son otra cosa que “un concepto y una acción orientada en esa dirección”, y son llevadas a cabo o bien por el Estado, o las organizaciones del Tercer Sector a las que conocemos como ONG, o como en este caso, las organizaciones privadas. Todos hacemos cultura, “todos culturamos”, como suele decir el antropólogo tucumano Ricardo Santillán Güemes, y la razón que tiene.

Retomando, “la vida se abre paso a como dé lugar”, y la escritura también. En sus jóvenes cinco mil años ya pasamos de las primitivas tablillas de arcilla, de los papiros y los pergaminos, a la imprenta, a la foto-duplicación masiva y ahora: al texto digital; pero el libro… sí, el libro, ese preciado y consagrado objeto que vive de su interior fecundo, sigue conservando ese donaire, esa distinción y al mismo tiempo ese simbolismo que podría resumirse en que: “lo que hasta allí ha llegado, para siempre vivirá”.

Y es así, por eso este volumen también dignifica a los autores pretéritos, a aquellos que han dejado su marca en los contemporáneos que han volcado sus sentires en esta compilación que reúne a dos géneros típicos, como lo son el cuento y la poesía.

Sepa, amigo lector, que lo que aquí se publica proviene de una ardua y minuciosa selección. Las obras que integran este libro han emergido como destacados estandartes de la nueva producción literaria que fluye por la red, esa misma que hoy es nuestro presente y que mañana será nuestro meritorio acervo.

Editorial Dunken y quien suscribe, no podemos menos que sentir el sano orgullo de haber hecho junto a cada uno de los autores y trabajadores editoriales, este modesto aporte a la democratización de la cultura. Y, sinceramente, está bien. Muy bien. 

RICARDO TEJERINA
Buenos Aires, diciembre de 2013

Hasta la próxima mirada.
El Ojo Críptico