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"Lilithla" - Rubens Ettomi |
LILITHLA
Género: Novela
Autor: Ricardo Tejerina
Autor: Ricardo Tejerina
Prólogo: Julio Carreras
Año: 2010
Publicada por Editorial Dunken, 2014
Publicada por Editorial Dunken, 2014
“Lilithla” es una novela que afronta por lo menos tres dilemas, la tentación, el amor y la redención, y está construida en torno al mito de Lilith, es decir, la primera mujer creada por Dios, incluso anterior a Eva. El lector podrá seguir muy de cerca el crecimiento de Lilithla, la definitiva ungida, y vivenciará con ella las tensiones a las que habrá de enfrentarse la protagonista, debatiéndose entre su condición de especial y única, en contraste con su deseo de amar y ser amada. Será pues, disputada tanto por Adam como por Luzbel, en el tiempo contemporáneo, como ya lo había sido en el origen. El primero de los hombres y el primero de los ángeles del cielo, batallarán por el amor de Lilithla y por la redención final. Todo esto en un marco contextual que atraviesa lo religioso, lo litúrgico, lo filosófico y lo científico. En definitiva, “Lilithla”, es un viaje que toma impulso en el pasado y preanuncia el futuro. Un viaje de dudas, contradicciones y tentaciones. Un viaje que empieza en el mismo momento en que Dios creó a la mujer.
La bellísima Helena que enamoró
al príncipe de Troya, en su momento fue considerada demoníaca. Uno de los
hechos que sustentaba tal consideración, era el haber castigado con la ceguera
a Estesícoro, admirado poeta. Sólo por haber revelado algunas acciones
maliciosas de la encantadora.
La Edad Media europea sostuvo
cierta continuidad de aquellas versiones, atribuyendo a Helena de Troya la
identidad oculta de Lilith.
Finalmente, la positiva
descripción de Goethe en su Fausto,
determinaría una reivindicación trascendental de la atrayente espartana. Para
ello el alemán transfiere la pulsión ominosa hacia atrás, endosándosela,
subliminalmente, a la púber Gretchen.[1]
Como se ve, Lilith emerge una y otra vez en textos medulares de la Literatura
universal. A veces con un tono difuminado, como un calco fantasmagórico, tras
la figura material. ¿Quién o qué es el espíritu seductor, la belleza femenina
perfecta, la cumbre y abismo representados por este nombre singular?
El Yalqut Reubeni[2]
dice que fue creada al mismo tiempo que Adán. Después de lo cual, trata a Lilith como perversa y
"ramera", por cuyas cualidades se haría merecedora eterna de
constantes condenas.
Ahondando en la investigación,
sin embargo, se puede conjeturar que el "pecado" de Lilith habría sido rebelarse, contra el
autoritarismo de Adán. Textos judíos del siglo IV informan que "Lilith se niega a situarse sumisamente
abajo de Adán, cuando éste intenta obligarla a mantener relaciones sexuales, y
finalmente lo abandona".
Otros textos antiguos mencionan
cierta relación amorosa con Samael –un ser superior a aquel Adán primitivo–,
que intentara sojuzgar a la bellísima e inteligente muchacha asignada por Dios
para compartir, con él, la Tierra.[3]
Ante esa situación, habría sido
pues que Yavé decide crearle a Adán otra mujer. Esta vez sumisa y poco
imaginativa: más acorde con su mentalidad machista. A quien la humanidad
llamaría Eva: la única que posteriormente sobreviviría a las sucesivas purgas
de los textos bíblicos, efectuadas por generaciones de sacerdotes, teólogos y
escribas.
A la luz de concepciones más
evolucionadas, pues, la figura de Lilith
resplandece. No como una "ramera", sino más bien como la primera
mujer digna. Que se negó a someterse al irracional intento de la fuerza bruta
masculina.
Vengamos al presente. ¿Qué
habría sido de Lilith, pues, aparte
de haber padecido la estigmatización y la censura de sacerdotes arcaicos? La
física moderna enseña que ningún componente molecular de la materia fenece. Es
decir, que lo llamado "muerte" por los humanos, no existe. Toda
molécula de materia, constituida esencialmente por energía, se transforma y
emerge sucesivamente, bajo diversas manifestaciones, como otra materia.
La Lilithla que nos presenta Ricardo Tejerina, entonces, podría ser la
misma que Adán no comprendiera en su constitución primaria. Y tras la evolución
del conocimiento humano, podría estar en condiciones de valorar hoy.
Tejerina crea un relato ameno,
con personajes vivos, dentro de un contexto dinámico, que lleva a leer esta
novela concisa de un tirón. No sólo hay en ella una aventura deliciosa, sin
embargo. Sino profundas propuestas filosóficas. Quienes se introduzcan en este
relato, pues, no solamente se regocijarán con una exposición singular. Sino,
también, verán acrecentados sus saberes, acerca de cuestiones metafísicas
profundas, que desde milenios han interesado e interesan, a los buscadores de
la Verdad.
[1]
Un mensaje subliminal es
un mensaje o señal creada para pasar por debajo (sub) de los límites normales
de percepción. Puede ser, por ejemplo, inaudible para la mente consciente pero
audible para la mente inconsciente o profunda; puede ser también una imagen
transmitida de un modo tan breve que pase inadvertida por la mente consciente,
pero aun así, sea percibida inconscientemente.
He aquí el pasaje mencionado:
Mefistófeles: Obsérvala bien... Es Lilith...
Fausto: ¿Quién?...
Mefistófeles: La primera mujer de Adán. Cuídate de
su bonita melena, la única joya que la adorna. Una vez que los atrapa con ella,
los hombres no logran escapar.
Goethe, Fausto,
Noche de Walpurgis.
[2]
Yalqut Reubeni, colección de comentarios
cabalísticos acerca del Pentateuco,
recopilada por R. Reuben ben Hoshke Cohen (siglo XVII).
[3]
Isaías, y
narraciones hebreas mencionadas por el Dr. Frederik Koning, en su Diccionario de Demonología, Editorial
Bruguera, Madrid, 1974.