jueves, 22 de noviembre de 2012

22 DE NOVIEMBRE DE 1963

Convergencia, Jackson Pollock

Yo morí en las vísperas. Aunque lo parece, no es una metáfora. Efectivamente morí un día antes de lo debido. Mi muerte debió producirse en una riña el 22 de noviembre de 1963, pero ocurrió, en verdad, 24 horas antes. El Universo no suele equivocarse de este modo, no son muchos los casos similares, pues estas “arritmias” tienen consecuencias terribles: alteran la historia de modo irreparable. Imagino que conocen el fenómeno que se denomina “Efecto Mariposa”, el mismo se basa en que el aleteo de una mariposa en Buenos Aires produce un terremoto en Tokio. Esto sí es una metáfora, una explicación simbólica de la causa y el efecto. Producido tal hecho, se genera la posterior consecuencia y todo se encuentra encadenado. Una lógica causal, podríamos decir. Pues bien, yo debía morir el 22 de noviembre de 1963, luego de intentar convencer a un compañero de que desistiera de su cometido homicida. Si bien no iba a lograr el objetivo, mi acción devenía en una disputa que finalizaba con la ejecución de un disparo por parte de éste que me perforaba el pecho. Está claro que él continuaría siendo un asesino, pero yo sería su víctima y no otro, puesto que luego de matarme –y ante el cierto peligro que corría– huiría del lugar y abandonaría su plan original por razones de fuerza mayor. Ése era el curso del destino o la acción precisa de la providencia; pero yo morí el día anterior por un error fatal del Universo. Esa alteración equivale al aparentemente inofensivo aleteo de la mariposa. En lugar de recibir un disparo en el pecho, fui atropellado por un automóvil mientras cruzaba una calle cualquiera en la ciudad de Dallas, Texas,  el 21 de noviembre de 1963. Como era de esperar, sobrevino el terremoto: al día siguiente Lee Harvey Oswald mató a JFK.

Ricardo Tejerina / 2011