si soltara amarras y allende me fuera,
hasta la Pachamama quizás llegaría,
hasta las entrañas de la tierra nuestra.”
Fragmento de “Pasión Argentina”,
que escribí en 2011,
que escribí en 2011,
con el que humildemente me sumo
a esta obra pletórica de sentidos.
a esta obra pletórica de sentidos.
Quiero comenzar
estas líneas introductorias de la Selección
de las Provincias destacando los tres pilares en los que, considero, se
apoya esta obra:
El primero es de
naturaleza emprendedora, puesto que surge a partir de la vocación de Editorial Dunken consistente en producir
un proyecto literario de raíz federal, que posibilita la publicación de autores
de todo el territorio nacional, los que unidos a través de la creatividad poética
o narrativa, dan cabal testimonio de la potencia expresiva que distingue a
nuestro pueblo.
El segundo, de
matriz cultural, me remite a la idea de convivencia e interculturalidad dentro
de ese mismo pueblo, puesto que este libro reúne aleatoriamente a dos géneros
distintos como lo son el cuento y la poesía, (y a sus hijos dilectos: el
microrrelato y la prosa poética), pero también contiene vivencias, circunstancias,
costumbres, estilos, realidades y contextos diferentes, producto de la
procedencia particular de cada autor. Esa característica heterogénea de
orígenes (aun dentro de la misma Patria), deriva en una propuesta rica en
matices y contrastes, pero de igual modo capaz de brindar una amplia idea de
unidad colectiva, integradora y trascendente.
Finalmente, el
tercer pilar es puramente artístico, pues esta obra es, por cierto, un
emergente fidedigno de nuestro propio arte, construida desde las entrañas
mismas de la Argentina íntima. Se trata pues de pinceladas literarias que
desnudan la sensibilidad y agudeza de nuestros autores, todos comprometidos con
la afanosa y noble tarea de la construcción de sentido, ya sea desde la más
pura ficción desarrollada en un relato, o desde la realidad más cruel y
dolorosa reconvertida en verso de poesía.
¡Enhorabuena, que
tengamos esta chance! Ciertamente, estamos alumbrando un hijo literario,
concebido con la ilusión y el trabajo fecundo de los autores y la coordinación
editorial. Como compilador, me siento honrado y afortunado de ser parte de esta
creación colectiva que se ha nutrido con la fuerza creadora de todas las
regiones argentinas; y como lector de la misma: me confieso por demás
gratificado dada la riqueza y singularidad de cada una de las obras publicadas en este volumen, las que he
seleccionado entre otras muchas, con la mayor rigurosidad profesional, unida
–claro está– a la emoción y subjetividad que cada ejercicio de preferencia
implica.
Es por demás
auspicioso el contenido de este libro, el que fluye entre párrafos y versos, de
conjunto combinados en súbita armonía. Se destacan los relatos escogidos por
ser dignos tributos al género cuento, dando preciso testimonio de la vigencia y
del virtuoso palmarés que acredita la narración breve a lo largo de la
historia. Y también descuellan nuestros sensibles poetas que pergeñaron sus
rimas inspirados en el afán de convocar a la más pura emoción.
Quien nos acompañe
en la aventura de la lectura hallará en esta obra huellas, vestigios y
deícticos de aquellas plumas americanas que llamamos “grandes” y que a todos
nos subyugan; como si de modos diversos las musas de Don Atahualpa Yupanqui, o de
Almafuerte, Neruda, Benedetti, José Hernández, Borges y Cortázar se llegaran
hasta aquí para augurarnos el acierto del camino escogido y transitado. Hablo
de esas mismas musas que el maestro Picasso no sabía si existían, pero siempre quería
que lo encontrasen trabajando.
Los libros son como
las personas, hay que conocerlos por dentro para apreciarlos y quererlos; no
trepide entonces, amigo lector, en sumergirse en la pluralidad de sentidos que
estas páginas le ofrecen. Y sepa también que no he venido a prometer sino a
cumplir. Tan seguro de ello estoy que la primera vuelta de lectura va a mi
cargo; puede usted empezar ya mismo, y también, por donde guste.
Ricardo Tejerina