viernes, 20 de julio de 2012

AMISTAD


Queridos amigos, he pensado en las muchas maneras posibles de expresarles la confirmación y la continuidad de la amistad, pero ninguna de las tradicionales me resultó convincente. Pensé entonces, en que una buena forma sería tributarlos con un pequeño relato que hable acerca de lo qué es un amigo.

Recordé, pues, la historia de aquel hombre que solitario vivía alejado de todos los demás, por considerarlos ingratos, mezquinos y rapaces. En su retiro el hombre se contentaba con la naturaleza y el cuidado de unos cuantos animales. Con el paso del tiempo notó que los animales envejecían y que –lamentablemente– algunos se morían. Apesadumbrado, advirtió que los animales sobrevivientes no demostraban pesar por la muerte de los que, hasta ayer nomás, eran sus compañeros de andanzas y de vida, y se sintió peor al pensar que a causa de su soledad no sólo nadie lloraría su partida, sino que ni siquiera la misma sería notada. Bajó entonces al pueblo y le asombró que la gente lo saludara y le preguntara cómo estaba. De inmediato lo anoticiaron del fallecimiento de uno de los vecinos más queridos, razón por la cual en el pueblo campeaba un hondo pesar. El hombre se acongojó y advirtió que las demás personas sufrían por el deceso de quien, hasta ayer apenas, era  un  gentil servidor de la barriada.  Así aprendió que el destino de los hombres no era vivir el día siguiente haciendo de cuenta que nada había pasado, sino hacerlo estoicamente a pesar de lo ocurrido. Aprendió también que son los amigos los que te ayudan a poder cumplir con el milagroso mandato de vivir, al menos, un día más.

Ricardo Tejerina / 2012