Wilfredo Lam |
-¿Y si lo hacemos, y ya? –me preguntó, mientras se desperezaba y quitaba las lagañas de los ojos.
-Estás loco –le dije.
-¿Loco yo? –se apuró a responder–. ¡Por favor! Es muy fácil, cuestión de animarse. ¿Sabes qué es lo que te hace ganar una batalla? La decisión. El estar dispuesto a hacer algo más que tu enemigo…
-Lo que te hace ganar las batallas son las balas, los ejércitos, las tanquetas… Mira a nuestro alrededor, somos un puñado. Si sólo fuera cuestión de querer, sería tan fácil… –le repliqué.
-Desde luego, ¿quién dijo que todo eso no hace falta? Pero no alcanza. Hay que tener el coraje, y sí, hay que querer ganar. Nunca ha vencido nadie que no haya querido hacerlo. Todo gira alrededor de dos palabras: “yo quiero”. Los que quieren ganar tienen dos chances: ganar o perder. Los otros, sólo una, te imaginas cuál. Lo que me falta de armas, lo compenso con lo que me sobra de convicción. No peleamos una guerra, sino que nos batimos en guerrillas. ¿Comprendes?
-Entiendo –le dije–. Pero, ¿por qué la ventaja sería nuestra?
-Porque yo estoy dispuesto a morir y los cobardes sólo quieren vivir a como dé. Huyen como ratas –concluyó el Che.
A los pocos días, Batista ya no era el presidente de Cuba.
Ricardo Tejerina / 2011