domingo, 1 de mayo de 2011

A MIS ESTIMADOS LECTORES

            A partir del lunes próximo entramos en los capítulos definitorios de Lilithla. La tentación tiene nombre de mujer. El inminente final me impone la necesidad de comentarles lo grato que ha sido para mí compartir con ustedes la experiencia de publicar por capítulos y a través de Internet una novela.
A su epílogo, la misma quedará subida a la red para que puedan leerla cuantas veces quieran o descargarla parcial o totalmente sin ningún tipo de coste. Creo que las nuevas tecnologías en general, y en particular Internet, como canal por excelencia por el que fluye toda la información y la producción simbólica, han transformado la relación anterior que existía entre el producto cultural y el público del mismo.
Desde ya que habrá que buscar las formas más adecuadas para que los autores puedan seguir elaborando sus obras y el público continuar apreciándolas, puesto que la publicación on-line favorece la difusión y la multiplicación de lectores, pero no aporta valor económico al autor como la edición en formato libro, por ejemplo.
No obstante, pienso sinceramente que es más que saludable que los bienes culturales -producidos por autores que hayan accedido voluntariamente a no percibir derechos de autor por esta forma de publicación- estén al alcance de todos a través de una red, la  que también debería estar al alcance de todos y no, solamente, de los que pueden pagar por ella.
Desde mi humilde lugar, la publicación en este sitio es el aporte que hago en tal sentido. Me pareció adecuado testimoniarlo en la fecha que mundialmente se conmemora el día del trabajador.
Cordialmente.
Ricardo Tejerina